LA DESCOMPOSICIÓN DE LA IZQUIERDA
Anda la izquierda patria ocupada en autodestruirse sin alharacas, en silencio, como se sufren las almorranas. Sin duda una forma elegante de hacer mutis por el foro pero también un método cruel de dejarnos huérfanos a toda la escoria roja de este país de pandereta. Freud decía que debemos darle el pasaporte al padre para alcanzar el nirvana, o la plena realización personal, o no sé qué otras patrañas de similar enjundia, pero una cosa es eso y otra sentarse a esperar que la palme suicidándose, que eso ya es patológico. La tendencia natural de los ciudadanos de bien, esos a los que interpela el ínclito e inefable, Pablo Casado, es impedir que su padre y/o su madre se suicide; he dicho de los ciudadanos de bien, que quede claro. Por eso, un servidor de ustedes, que es gilipollas profundo, como todo el mundo ya sabe, empieza a darle vueltas a la cabeza, a ver qué puede hacer para evitar que se suicide el padre. Lo que pasa es que objetivamente no puedo hacer nada porque no está en mi mano impedirlo sino en la del electorado, que es quien decide todo: qué es la izquierda, quién es de izquierdas y cuál es el partido o los partidos que representan a la izquierda. Claro que en esta tesitura y tal como están las cosas, el remedio es mucho peor que la enfermedad porque, perdonen que lo diga tan crudamente, el problema no son los políticos sino nosotros (y nosotras). Al hilo de esta última afirmación, añadiré, a riesgo de convertirme en blanco de sus aceradas críticas, que ese mantra que extienden los políticos de la izquierda cumbayá sobre un pueblo honrado e incorruptible que está subyugado por una clase política criminal y corrupta que no se merece es mentira, los políticos no son una excepción deshonrosa sino hijos de su tiempo y un producto de la sociedad en que viven. No sé quién dijo que "si hay un idiota en el poder es que quienes lo eligieron están bien representados", pero dio en el clavo y tiene más razón que un santo; los idiotas somos nosotros, ustedes y yo, lo digo por si alguien se ha perdido. De nada.
Como lo del PSOE ya es un clásico no cabe atribuirse el descubrimiento sino simplemente recordar que es tradicional ver cómo combina dos discursos y una praxis diferente en función de si los idiotas, es decir, ustedes y yo, le han dado la responsabilidad del Gobierno o la de la oposición. Cuando está en la oposición es el partido de la izquierda en España y su discurso es canónico, pero cuando está en el Gobierno su discurso es ambiguo, errático, cambiante según la coyuntura y su praxis es como mucho liberal-progresista. Nada nuevo, insisto. Lo que sí es nuevo es Podemos, y digo "nuevo" como sinónimo de "reciente" porque tanto en tesis como en praxis es ya más antiguo que los viejos partidos y combina con la misma maestría que el PSOE un discurso de izquierdas con una praxis de derechas; le falta gobernar pero todo se andará, es cuestión de tiempo. Chalets de lujo en la sierra, especulación inmobiliaria con viviendas de protección oficial, bodorrios a todo trapo de hijas de papá ultrafeministas, sociedades mercantiles fraudulentas para pagar menos impuestos, enchufismo y nepotismo en la Universidad y toda la panoplia al uso, que no se privan de nada porque parece que tienen cierta prisa en ponerse al día. IU, si es que todavía existe, ya se ha suicidado pero merece unas líneas. La pasión de IU por la autodestrucción viene de lejos, concretamente de 1921, cuando se funda el PCE como una escisión del PSOE, que ya apuntaba maneras en aquella época. Virtuosos en la práctica del noble arte de la puñalada trapera por la espalda, a ser posible en los pasillos de los Congresos, los comunistas de ayer, hoy y siempre, no cejan en perfeccionar su maestría en tales menesteres; lo de la ideología y estas cosas de transformar la sociedad ya si eso, no se hagan. A continuación, abundando en el despropósito, está la izquierda nacionalista, que es un oxímoron, una "contradictio in terminis", un contradiós, para entendernos. El nacionalismo es de derechas y no hay matiz ni excusa, insisto, todo nacionalismo es por definición de derechas y también por definición incompatible con la izquierda. Eso sí, hay un nacionalismo que no es conservador sino revolucionario, porque en la derecha también hay variedad, que no iban a ser menos, aunque tiene un nombre distinto, se llama "fascismo", "nazismo", "nacionalsindicalismo", en fin, tiene nombres mil. Finalmente, tenemos a la izquierda independentista, que algunos indocumentados confunden con la nacionalista aunque ideológicamente no tengan nada que ver y se parezcan tanto como un huevo a una castaña. Me parece muy respetable que desde la izquierda se hable de independentismo, nada que objetar, ahora bien estos partidos, que sí son izquierdas, tienen un club de fans mucho más reducido por razones obvias y viven entre sus limitaciones territoriales su propio "via crucis", por supuesto idéntico al de los demás.
Seguro que están esperando, algunos al menos, que a continuación les proponga algunas ingeniosas soluciones al problema que he intentado, no sé si con éxito, describirles, pero he de darles un disgusto, otro, no me da la neurona enferma que me queda en el hueco craneal donde otrora hubo un cerebro. Lo siento mucho, no tengo ninguna idea ni puedo proponerles una solución. Es más, no creo que la haya. Lo mejor que podemos hacer es asumirlo con dignidad y dedicar nuestros esfuerzos a solucionar otras cosas, problemas más pedestres como, por ejemplo: buscarnos la manera de conseguir poner un plato en la mesa, para nosotros y nuestras familias. Vivan y dejen vivir, que todo se andará y la naturaleza, que tiene sus ritmos, pondrá cada cosa en el sitio que le corresponde. Hala, salud y república.
Como lo del PSOE ya es un clásico no cabe atribuirse el descubrimiento sino simplemente recordar que es tradicional ver cómo combina dos discursos y una praxis diferente en función de si los idiotas, es decir, ustedes y yo, le han dado la responsabilidad del Gobierno o la de la oposición. Cuando está en la oposición es el partido de la izquierda en España y su discurso es canónico, pero cuando está en el Gobierno su discurso es ambiguo, errático, cambiante según la coyuntura y su praxis es como mucho liberal-progresista. Nada nuevo, insisto. Lo que sí es nuevo es Podemos, y digo "nuevo" como sinónimo de "reciente" porque tanto en tesis como en praxis es ya más antiguo que los viejos partidos y combina con la misma maestría que el PSOE un discurso de izquierdas con una praxis de derechas; le falta gobernar pero todo se andará, es cuestión de tiempo. Chalets de lujo en la sierra, especulación inmobiliaria con viviendas de protección oficial, bodorrios a todo trapo de hijas de papá ultrafeministas, sociedades mercantiles fraudulentas para pagar menos impuestos, enchufismo y nepotismo en la Universidad y toda la panoplia al uso, que no se privan de nada porque parece que tienen cierta prisa en ponerse al día. IU, si es que todavía existe, ya se ha suicidado pero merece unas líneas. La pasión de IU por la autodestrucción viene de lejos, concretamente de 1921, cuando se funda el PCE como una escisión del PSOE, que ya apuntaba maneras en aquella época. Virtuosos en la práctica del noble arte de la puñalada trapera por la espalda, a ser posible en los pasillos de los Congresos, los comunistas de ayer, hoy y siempre, no cejan en perfeccionar su maestría en tales menesteres; lo de la ideología y estas cosas de transformar la sociedad ya si eso, no se hagan. A continuación, abundando en el despropósito, está la izquierda nacionalista, que es un oxímoron, una "contradictio in terminis", un contradiós, para entendernos. El nacionalismo es de derechas y no hay matiz ni excusa, insisto, todo nacionalismo es por definición de derechas y también por definición incompatible con la izquierda. Eso sí, hay un nacionalismo que no es conservador sino revolucionario, porque en la derecha también hay variedad, que no iban a ser menos, aunque tiene un nombre distinto, se llama "fascismo", "nazismo", "nacionalsindicalismo", en fin, tiene nombres mil. Finalmente, tenemos a la izquierda independentista, que algunos indocumentados confunden con la nacionalista aunque ideológicamente no tengan nada que ver y se parezcan tanto como un huevo a una castaña. Me parece muy respetable que desde la izquierda se hable de independentismo, nada que objetar, ahora bien estos partidos, que sí son izquierdas, tienen un club de fans mucho más reducido por razones obvias y viven entre sus limitaciones territoriales su propio "via crucis", por supuesto idéntico al de los demás.
Seguro que están esperando, algunos al menos, que a continuación les proponga algunas ingeniosas soluciones al problema que he intentado, no sé si con éxito, describirles, pero he de darles un disgusto, otro, no me da la neurona enferma que me queda en el hueco craneal donde otrora hubo un cerebro. Lo siento mucho, no tengo ninguna idea ni puedo proponerles una solución. Es más, no creo que la haya. Lo mejor que podemos hacer es asumirlo con dignidad y dedicar nuestros esfuerzos a solucionar otras cosas, problemas más pedestres como, por ejemplo: buscarnos la manera de conseguir poner un plato en la mesa, para nosotros y nuestras familias. Vivan y dejen vivir, que todo se andará y la naturaleza, que tiene sus ritmos, pondrá cada cosa en el sitio que le corresponde. Hala, salud y república.

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