EL TRIUNFO DE PEDRO SÁNCHEZ

A Pedro Sánchez lo defenestraron en aquél ya mítico Comité Federal del PSOE del 1 de octubre de 2016 y en su dimisión, forzada por las circunstancias, ya avisó de que iba a dar la batalla. No solo dio batalla sino que ganó la guerra y volvió a ser elegido Secretario General por la militancia del PSOE el 21 de mayo de 2017. Lo siguiente que hizo el flamante nuevo Secretario General del PSOE fue ganar  contra pronóstico una moción de censura al Gobierno de Mariano Rajoy, con el apoyo de Podemos, ERC, el PDeCat y un PNV que había pactado poco antes con el Gobierno del PP los PGE para 2018. Quedaba claro que Sánchez había sido infravalorado por sus rivales y por buena parte de las baronías de su propio partido. El actual inquilino de La Moncloa se ha embarcado ahora en una nueva guerra contra los elementos, la de mantenerse en el Gobierno con el apoyo de los mismos grupos parlamentarios que lo auparon a la Presidencia. La clave radica en la aprobación o no de los PGE para 2019, que el Gobierno del PSOE ha conseguido presentar "in extremis" en el Congreso de los Diputados. Y, como en anteriores ocasiones, la situación del inefable Pedro Sánchez parece tan desesperada que amenaza ruina y barrunta catástrofe. El PDeCat y ERC ya han registrado sendas enmiendas a la totalidad contra los PGE del Gobierno porque este no les ha permitido negociar la independencia de Catalunya en una mesa de negociación con relator y toda la pesca. Los ministros y las ministras del Gobierno del PSOE, siguiendo una inveterada tradición en la historia de España, ha seguido una política de comunicación tan desastrosa como les ha sido posible; Felipe González, Alfonso Guerra y los barones territoriales del partido, asustados por la proximidad de las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo, le han puesto las cosas muy peludas. La convocatoria de elecciones anticipadas estaba cantada hasta que a Pedro Sánchez le han caído apoyos de los partidos políticos más inesperados, el PP, Ciudadanos y Vox.

La convocatoria por los partidos de la derecha, PP, Ciudadanos y Vox, de una concentración en la plaza de Colón de Madrid el domingo, 10 de febrero, para salvar España de las garras del "felón" (sic) Sánchez, ha reunido en la capital del reino a lo más granado de las derechas hispánicas, unas 100.000 personas más o menos. A España no sabemos si la habrán salvado pero a quien sí es muy probable que hayan salvado es, paradójicamente, a Pedro Sánchez, que es a quien pretendían destruir. La motivación de las derechas españolas para reunir a su grey en la capital de España era la movilización de su electorado pero es más que evidente que no lo han conseguido, habida cuenta de que ni fletando autobuses gratis e invitando a su gente a un  "relaxing" almuerzo en Plaza de España han conseguido reunir a más gente que, pongamos por caso, la manifestación del Orgullo LGTBI, que es una cosa que parece que no les gusta mucho. A cambio, lo que sí parece que han conseguido los partidos convocantes es la movilización del electorado de izquierdas, cosa que se reflejará en las próximas encuestas demoscópicas, porque al votante de izquierdas que estaba tan desengañado con su partido como para quedarse en casa el 26 de mayo ahora le ha entrado una especie de angustia vital activadora y parece que irá a votar con una pinza en la nariz. Si esto es así, y creo que sí, los partidos políticos nacionalistas, que hasta el sábado por la tarde tenían al Gobierno cogido por las gónadas con los PGE, empezarán a sentir escalofríos. Si a Pedro Sánchez no le queda más remedio que convocar elecciones anticipadas, lo más probable es que varíe la correlación de fuerzas en el Parlamento y no precisamente a favor de los nacionalistas catalanes, vascos, canarios y gallegos. Y, lo que es peor, puede ser, no es nada descabellado, que a las derechas les salgan los números para formar Gobierno y entonces ya sería "el acabose", sobre todo para ERC y el PDeCat, a quienes las dificultades para pactar con el PSOE una negociación sobre sus cosas iba a parecerles un juego de niños en comparación. Total, que gracias a la desinteresada colaboración del PP, Ciudadanos y Vox, Pedro Sánchez está viendo luz al final del túnel, una luz que le ilumina para convocar elecciones y esperar un buen resultado o para obligar a los nacionalistas periféricos al trágala de los PGE 2019. Y en esta tesitura, a quien se le ha apagado la luz es a los partidos nacionalistas catalanes, ERC y PDeCat, para los que ocurra lo que ocurra todo pinta mal, muy negro, porque si malo es el horizonte electoral, peor es la claudicación ante el Gobierno para aprobarle los PGE sin obtener nada a cambio, lo que les pondría los pies de los caballos respecto a su electorado, que ya está bastante cabreado por sus promesas incumplidas respecto a la república independiente de su casa. Y, además, en "ná y menos" empiezan las vistas orales por el juicio del "Procés", lo que no parece que vaya a ayudar mucho a Puigdemont para volver del exilio. Para rematar, Pedro Sánchez, ha publicado un libro que se titula "Manual de Resistencia", a 20€ de vellón, en el que a lo mejor ajusta cuentas pendientes, razón por la que no se le ha oído rechistar en esta crisis a doña Susana Díaz, por si acaso.

La derecha hispánica, sin quererlo, acaba de salvarle los muebles a Pedro Sánchez, y puede que al PSOE, porque puede recuperar, al menos momentáneamente, parte de su electorado que se había refugiado en la abstención. Es poco probable que esto ocurra en Podemos, fundamentalmente porque se ha quedado sin relato, fuera del centro del tablero y dando una imagen de partido piramidal clásico de toda la vida, cosa que no parece muy motivador para su electorado. Así las cosas, Pedro Sánchez tiene el control de la situación, tanto a nivel electoral como dentro de su partido, porque está en esa envidiable situación en la que cualquier movimiento que se dé le beneficia y, lo que es todavía mejor, perjudica a sus rivales tanto externos como internos. En definitiva, lo de Pedro Sánchez no es solo resistencia sino triunfo, un triunfo total y absoluto. Esto debería estudiarse en todas las Universidades del mundo mundial y parte del extranjero.

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