EL ADIÓS SOÑADO POR PABLO IGLESIAS

Voy a ser claro y contundente para no dejar lugar a ninguna duda: me da lo mismo Pablo Iglesias, me importa un pimiento Podemos y me la trae al pairo Pablogrado, ciudad antes conocida como Madrid y tampoco me quita el sueño quién gane las elecciones autonómicas en esa comunidad autónoma artificial. Soy poco sospechoso de simpatizar con el amado líder moñado y su partido político pero el hecho de que haya dimitido como Vicepresidente segundo del Gobierno y el anuncio sobre la cesión del testigo en el liderazgo de Podemos a Yolanda Díaz, son dos sucesos que obligan a efectuar una reflexión. Antes de ir al lío, me gustaría señalar que Yolanda Díaz me parece una magnífica ministra de trabajo y en mi opinión, seguro que en esto no vamos a coincidir, es dentro del abanico disponible la persona que considero más capacitada para ser la primera Presidenta del Gobierno de España. Yo estoy convencido de que España está democráticamente madura para que una mujer, y en concreto esta mujer, sea la primera Presidenta del Gobierno de España – espero no equivocarme en esta afirmación pero creo que es así, nunca ha habido una Presidenta del Gobierno en este país –. Es más, tal y como prometí en una conocida y popular red social, me comprometo a votar a Yolanda Díaz si presenta su candidatura a la Presidencia del Gobierno – sí, ya sé que en España no votamos directamente a la persona que ocupa este puesto, no hace falta que monten en cólera, amiguis – tanto si lo hace por Podemos como si se presenta por el Partido Chipirifláutico ¡Ah! Y Toni Cantó ha dimitido de Ciudadanos, asimismo ha entregado su acta de diputado, cosa que ni os va ni os viene pero tenía que decirlo. Dicho esto, vamos “al turrón”.

El 2 de marzo escribí en este mismo blog un post en el que exponía la posibilidad de que el primer Gobierno de Coalición más progresista de la Historia de España se fuera al carajo en otoño, concretamente en octubre tras el 40 Congreso Federal del PSOE, y esta tesis no despertó muchas adhesiones en ese momento. Hubo quien aseguró entonces que el cable que tengo suelto estaba dando muchos chispazos. Lo cierto es que, les caiga bien o les caiga mal, Pablo Iglesias no da puntada sin hilo y todo lo que decide está motivado. Iglesias ha dejado la Vicepresidencia segunda del Gobierno de Coalición, un Gobierno y una coalición que le han costado mucho y por los que ha peleado lo indecible, asimismo también ha anunciado en un vídeo publicado en Twitter – dónde si no – que Yolanda Díaz será la próxima candidata a la Presidencia del Gobierno por Podemos y en consecuencia asumirá el liderazgo del partido. Vale, sí, Podemos elige a sus cargos orgánicos y sus listas electorales en primarias (risas) pero no creo que nadie vaya a hacerle sombra a la gallega en esta competición. No creo que me vayan a discutir que la dirección de Podemos ha sido todo este tiempo un objetivo primordial para Iglesias, tanto que en la primera papeleta electoral el logo de Podemos fue la cara de Pablo. La razón por la que creo que ha realizado este movimiento, que por cierto ha pillado a contrapié hasta a sus más cercanos colaboradores, es porque tiene claro que a finales de este año, o puede que a principios del que viene – esto va a depender de los cálculos electorales de Pedro Sánchez e Iván Redondo –, habrá elecciones generales y porque tiene claro, esto no creo que sorprenda a nadie a estas alturas, que su figura pública es tanto un lastre como un activo para Podemos mientras que Yolanda Díaz es todo activo y nada de lastre. Además, tanto Iglesias como Podemos tienen claro que salvo milagro Podemos se ha establecido en el espacio electoral de la extinta IU y ese lugar tiene asignado al 10% del electorado, punto porcentual arriba o abajo, por lo que el asalto a los cielos tienen ya claro que no va a producirse y desde luego el “sorpasso” al PSOE tampoco. La certeza de que la recalibración de las opciones de Podemos deja fuera cualquier veleidad de presidir el Gobierno de España y teniendo en cuenta que Iglesias ya no puede aportar más a Podemos, que debe centrarse en su futuro personal después de Podemos y que el momento es idóneo para buscar ese futuro en un ámbito alejado de la política activa, hacen que el galapagueño considere ahora, ni antes ni después, presentarse a las elecciones autonómicas en Madrid para tener una salida digamos honrosa antes de dar el famoso paso al lado y convertirse en un jarrón chino bien pagado. Entonces, habiendo alcanzado la hueste podemita sus últimos objetivos políticos, cautiva y desarmada la izquierda alternativa, Podemos ha terminado ¡Viva Pablo Iglesias! Madrid, a 15 de marzo del año 0 DP (después de Pablo)

Hay quien, presa de la euforia le sube la serotonina y se le nubla el entendimiento por lo que llega a proyectar sus más íntimos deseos, asegurando que Podemos está boqueando su último aliento y por eso se larga el galapagueño a lo Schettino, antes de que el Costa Concordia lo arrastre en su zozobra. Nada más lejos de la realidad. Iglesias, que será muchas cosas pero tonto no, sabe perfectamente que su tiempo ha concluido y que es el momento idóneo para buscarse la vida fuera de la política activa. Porque lo de las elecciones autonómicas madrileñas es un último servicio al partido por parte de Iglesias, que salvará una candidatura abocada a desaparecer de la Asamblea de Madrid y a continuación entregará el acta de diputado autonómico (no creo que nadie se haya creído que Iglesias va a dedicarse cuatro años a ser diputado raso en la Asamblea de Madrid ¿verdad?) para ir a lo suyo, la función de jarrón chino, es decir, a cobrar por conferencias, charlas, mesas redondas, fundaciones, think tanks y toda la panoplia de mandangas de similar enjundia. En fin, sinceramente, creo que Yolanda Díaz es una excelente elección, en todos los sentidos. Veremos si ustedes opinan lo mismo.

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