EL CARAJAL DE LAS DERECHAS HISPÁNICAS

No sé si esto que está viviendo la derecha española se parece más a la CEDA o a UCD, dependerá de si el fenómeno es centrípeto o centrífugo, respectivamente. Está claro que para Ciudadanos esto es el canto del cisne, la escena final del drama o del vodevil según se mire, que antecede al “mutis por el foro” y la caída del telón, y parece más o menos claro que el grueso de su electorado va a regresar a los amantísimos brazos del partido de la gaviota, perdón del charrán. Esto es, la defunción de Ciudadanos va a ser rápida e indolora, por absorción, deglutidos por el PP, atraídos de nuevo a la “Casa Común de La Derecha”, para darle gusto a Aznar, que el pobre va de sinsabor en sindios desde que dejó la política y abrazó el culturismo. La vocación del PP es la de ser la nueva CEDA pero lo cierto es que está muy lejos que esta olla de grillos, este berenjenal, este patatal, un partido agostado por la corrupción y patroneado por un amado líder cuya estrategia más brillante para capear el temporal es la de la avestruz, esconder la cabeza en la arena y que no le cuenten milongas de no sé qué de contabilidades en b, tenga siquiera la más mínima opción de campear en los predios de la derecha. El problema para el partido decano de las derechas hispánicas es que puede parecerse más a UCD que a la CEDA y acabar a lo tragicómico, dándose navajazos mientras caen al abismo de la irrelevancia y el extraparlamentarismo. Esto es así en la medida en que tras desembridar a la ultraderecha postfascista que aglutina al variopinto pelaje del franquismo que nunca acabó de morir del todo, VOX se está comiendo a los ultracentristas por “el garrón”. Al principio fue dando mordisquitos que le hacían cosquillas al gigante azul pero el fascismo verde ha ido creciendo y ahora es el “primo de zumosol” de la derecha, un zote descerebrado pero muy peligroso porque está mazao. Ahora el monstruo verde le está arreando una somanta de hostias de tal magnitud que el PP parece un púgil vapuleado por el próximo campeón de los pesos pesados.

Los de Casado están noqueados, sin capacidad de reacción y en la cuerda floja, en realidad puede que sean un partido zombi, es decir, un partido que está muerto y en descomposición pero todavía no se ha dado cuenta. Puede ser que cuando se den cuenta de que habitan un cadáver el partido entero se desmadeje como un pelele o que se abandonen a sus instintos y vayan lanzando dentelladas al bulto, a ver si pillan cerebro en una de esas. Sea como sea, la moción de censura que ha pergeñado el partido de Arrimadas en Murcia – ¡qué hermosa eres! – ha abierto la Caja de Pandora de las derechas españolas y brillan los alfanjes mientras lanzan mandobles salpicando todo de sangre. Vamos, lo que en la izquierda conocemos como “un domingo tranquilo”, para que se me entienda en la barriada de babor. En realidad, la cosa había calculado Arrimadas que iba a quedarse en una leve reprimenda y un “quítame allá esas pajas” pero a buen seguro no había contado con la desequilibrada Presidenta de la Comunidad de Madrid y debería haberle dado un pensamiento. La cuestión es que la taimada lideresa naranja ocultó tanto sus movimientos que ni se lo dijo a su Ejecutiva por miedo a que algún actor por ahora afiliado a su partido pudiera ponerle unos palitos en las ruedas y por supuesto no avisó a su amigo, Aguado, que estaba en la inopia, nada inhabitual por otra parte. De haberle avisado, el muchacho, que es un “pagafantas” de manual, le hubiera ido a IDA con el cuento y todo habría quedado en un sustito de primavera pero al no darle aviso a la loca ésta ha soltado lastre no sea que se la endiñen a traición como le ha pasado al bueno de López Miras, ese inigualable showman murciano de derechas al que Sánchez y Arrimadas al alimón han empalado a traición, nocturnidad y descampado. En su alocada huida hacia adelante ha lanzado la patada a seguir y “sálvese quien pueda” tan inopinadamente que hasta a Casado se le ha quedado cara de Mariano Rajoy, con lo que duele eso. Ahora el carajal en las derechas hispánicas se va a resolver en las urnas y un martes - que es un escenario ideal para la cría de la desmovilización del rogerío, poco inclinado tradicionalmente a votar en día de hacienda -, pero se barrunta tormenta en lontananza porque si bien el PP se ha merendado a Ciudadanos y se ha quitado competencia, no le va a quedar más remedio que pactar el Gobierno de Madrid con VOX, porque lo de la ensoñación lujuriosa de la mayoría absoluta es una mandanga. Y si IDA se quejaba de que los sinsorgo de Ciudadanos no le dejaban hacer cosas, espérate que tenga que compartir mesa y mantel con los neandertales de Abascal, que va a flipar.

Mientras tanto, en la izquierda vamos a lo nuestro, la escisión galopante tan grata al comunismo o como se llame ahora y la adelfa sinsorgo que el PSOE tiene como líder en los madriles, que está en el mundo porque tiene que haber de todo, se queda ahí como un diletante tentetieso a verlas caer, seguro de que lo votarán por descarte. Eso sí, tenemos a la claque mediática de la izquierda cumbayá clamando otra vez por la unidad de las izquierdas para abrirle la puerta al advenimiento del Paraíso en la Tierra, o sea te lo juro por Errejón. Se equivocan quienes crean que sumando siglas van a sumar votos porque es justo al revés, normalmente las sumas de siglas restan votos; lo mollar está en la capacidad de los partidos de izquierdas de movilizar a su electorado por su cuenta, pero en esto ya les digo yo que pintan bastos. El carajal de las derechas hispánicas marca el momento ideal para darles un soplamocos espectacular y arrebatarles la joya de la Corona, la Capital del Reino, Madrid y su artificial Comunidad Autónoma, pero la izquierda no tiene remedio ni lo quiere tener y prefiere seguir a lo suyo, impasible el ademán, de derrota en derrota hasta la victoria final.

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