LOS INDULTOS DEL PROCÉS
Conviene tener en cuenta antes de adentrarnos en mayores
honduras que voy a referirme a los políticos catalanes independentistas que
están presos en España, no a los que andan por el mundo, internacionalizando el
conflicto entre palacetes y mariscadas. Estos a los que el independentismo
catalán denomina “presos polítics” están en la cárcel porque acudieron
mansamente tras pasar por un, llamémoslo así no sea que acabemos compartiendo
pabellón, juicio en el que la sentencia daba la impresión de preceder a la
vista. No comparto su entusiasmo, entrega y sacrificio por su patria – ni por
ninguna otra – pero es de justicia reconocer que no sólo fueron consecuentes
con sus ideas sino que las defendieron, y las defienden, hasta el final y
afrontando todas las consecuencias que se derivan de ello. El Gobierno “más
progresista de la Historia” quiere ahora indultarlos y a parte del
independentismo catalán no le suena mal la música porque, como siempre han
dicho – y no sólo ellos – el conflicto es político y se debe solucionar con
política. Claro que les gustaría más una amnistía, que les besaran los pies
antes de excarcelarlos y que en el ínterin les sirvieran un gin-tonic con frutas
del bosque, pero son conscientes con quién se las están viendo tiesas. A la
derecha hispánica todo lo que no sea mandarlos a galeras no le satisface y a
una parte del PSOE, nacionalista español, muy español y mucho español, tampoco
le parece bien que el Gobierno de Pedro Sánchez indulte a los independentistas
por no sé qué de la unidad de España. La postura de Unidas Podemos la sabrán
ellos, creo yo, pero lo que yo veo que proponen se llama en mi tierra “ni
chicha ni llimoná” y en la suya “pagafantas” ¡Animalicos! Creo que Junqueras y
compañía nunca debieron ingresar en prisión porque la patochada intrascendente
que protagonizaron se habría podido castigar sobradamente con una
inhabilitación a perpetuidad para cargo público y por ello creo que estos
indultos, si es que finalmente se producen, llegan tarde. Todo depende del
análisis de coste-beneficio que realice Iván Redondo, teniendo en cuenta que
indultar a los políticos catalanes presos tiene un coste electoral que se
traduce para el PSOE de Pedro Sánchez en que no va a ser posible convocar
elecciones tras el cónclave de octubre, que es lo que pretendía; y que, por el
medio están las primarias andaluzas en las que los indultos pueden inclinar la
balanza del lado de Susana Díaz, la némesis con faralaes de Pedro Sánchez.
No es que crea que indultar a los políticos catalanes
independentistas presos va a solucionar el conflicto por la independencia de
Catalunya pero sí creo que va a coadyuvar a encauzarlo en el marco del diálogo
y la negociación política, que es mucho más importante. No obstante, tal y como
está la situación política en España, con los dinosauros del PSOE campando por
las televisiones de derechas y diciendo todas las sandeces que son capaces porque
todavía no han digerido la derrota en las primarias, no parece que el diálogo y
la negociación política sean conceptos muy queridos. Si finalmente el
Presidente Sánchez da luz verde a los indultos van a ocurrir dos cosas: una,
que va a tener que agotar la legislatura, esperando que la reconstrucción de
los puentes de diálogo con el independentismo catalán permita abordar en 2023
unas elecciones con perspectivas de victoria; y dos, que el PP y lo que quede
de Ciudadanos van a echarse al monte con VOX para erigirse en los únicos
defensores de la PATRIA. Veremos si no acabamos otra vez a hostias.

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