LOS INDULTOS DEL PROCÉS

En las prisiones españolas hay políticos porque cometieron delitos penados con cárcel, no voy a entrar a detallar los delitos en cuestión porque igual estábamos aquí hasta Navidades de 2025 o hasta que caiga el meteorito, lo que pase primero, pero sí es obligado hacer una referencia a los políticos catalanes presos por la República Catalana de los 8 segundos, ya tú sabes. En mi humilde opinión, y hay que señalar que no tengo ni pajolera idea de derecho, resulta del todo punto incomprensible que en una sociedad occidental democrática haya políticos en las cárceles por sus ideas, aunque sea cierto que llevaron esas ideas a la práctica y es por eso que dieron con sus huesos en la celda. Pero no parece razonable pensar que uno puede tener las ideas que considere oportuno siempre y cuando no tenga la fatal tentación de ponerlas en práctica. Es como lo que decía hace una pandemia – porque ahora el tiempo ya no se medirá en años, ni en épocas, se medirá en pandemias – el Vaticano, que es la última monarquía absoluta que queda en Europa, sobre los homosexuales, que no tenían nada que reprocharles siempre y cuando no ejercieran como tales. Es decir, un despropósito de dimensiones catedralicias. No podemos llamar democracia a un sistema que se parece más a “Un Mundo Feliz” (A. Huxley) o a “1984” (G. Orwell) que a “La República” (Platón) porque, en el fondo, lo que subyace al delirio independentista catalán es el delirio totalitario del Estado español y entre los dos estamos los ciudadanos, que somos los que vamos a pagar la fiesta.

Conviene tener en cuenta antes de adentrarnos en mayores honduras que voy a referirme a los políticos catalanes independentistas que están presos en España, no a los que andan por el mundo, internacionalizando el conflicto entre palacetes y mariscadas. Estos a los que el independentismo catalán denomina “presos polítics” están en la cárcel porque acudieron mansamente tras pasar por un, llamémoslo así no sea que acabemos compartiendo pabellón, juicio en el que la sentencia daba la impresión de preceder a la vista. No comparto su entusiasmo, entrega y sacrificio por su patria – ni por ninguna otra – pero es de justicia reconocer que no sólo fueron consecuentes con sus ideas sino que las defendieron, y las defienden, hasta el final y afrontando todas las consecuencias que se derivan de ello. El Gobierno “más progresista de la Historia” quiere ahora indultarlos y a parte del independentismo catalán no le suena mal la música porque, como siempre han dicho – y no sólo ellos – el conflicto es político y se debe solucionar con política. Claro que les gustaría más una amnistía, que les besaran los pies antes de excarcelarlos y que en el ínterin les sirvieran un gin-tonic con frutas del bosque, pero son conscientes con quién se las están viendo tiesas. A la derecha hispánica todo lo que no sea mandarlos a galeras no le satisface y a una parte del PSOE, nacionalista español, muy español y mucho español, tampoco le parece bien que el Gobierno de Pedro Sánchez indulte a los independentistas por no sé qué de la unidad de España. La postura de Unidas Podemos la sabrán ellos, creo yo, pero lo que yo veo que proponen se llama en mi tierra “ni chicha ni llimoná” y en la suya “pagafantas” ¡Animalicos! Creo que Junqueras y compañía nunca debieron ingresar en prisión porque la patochada intrascendente que protagonizaron se habría podido castigar sobradamente con una inhabilitación a perpetuidad para cargo público y por ello creo que estos indultos, si es que finalmente se producen, llegan tarde. Todo depende del análisis de coste-beneficio que realice Iván Redondo, teniendo en cuenta que indultar a los políticos catalanes presos tiene un coste electoral que se traduce para el PSOE de Pedro Sánchez en que no va a ser posible convocar elecciones tras el cónclave de octubre, que es lo que pretendía; y que, por el medio están las primarias andaluzas en las que los indultos pueden inclinar la balanza del lado de Susana Díaz, la némesis con faralaes de Pedro Sánchez.

No es que crea que indultar a los políticos catalanes independentistas presos va a solucionar el conflicto por la independencia de Catalunya pero sí creo que va a coadyuvar a encauzarlo en el marco del diálogo y la negociación política, que es mucho más importante. No obstante, tal y como está la situación política en España, con los dinosauros del PSOE campando por las televisiones de derechas y diciendo todas las sandeces que son capaces porque todavía no han digerido la derrota en las primarias, no parece que el diálogo y la negociación política sean conceptos muy queridos. Si finalmente el Presidente Sánchez da luz verde a los indultos van a ocurrir dos cosas: una, que va a tener que agotar la legislatura, esperando que la reconstrucción de los puentes de diálogo con el independentismo catalán permita abordar en 2023 unas elecciones con perspectivas de victoria; y dos, que el PP y lo que quede de Ciudadanos van a echarse al monte con VOX para erigirse en los únicos defensores de la PATRIA. Veremos si no acabamos otra vez a hostias.

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