EL ICETAZO
Supongo que conocen de sobra a don Miquel Iceta i Llorens,
ministro de Política Territorial y Función Pública y sabrán del RDL 14/2021, de
medidas para joderle la vida a los interinos a los que hemos engañado todos
estos años. Si ustedes no son interinos a los que han empalado las distintas
Administraciones Públicas por acción u omisión de nuestros egregios
representantes políticos sus intereses personales no se verán afectados y en
consecuencia no tendrán en cuenta “el Icetazo” a la hora de decidir su voto,
nada que reprocharles, pero si como yo han sido estafados por el señor
ministro los sindicatos más chachiguay, su partido y el Gobierno más progresista de la Historia, les ruego
que sigan leyendo. La temporalidad en las Administraciones Públicas roza el
30%, por lo que de los casi tres millones de empleados públicos, casi un millón
son interinos o laborales temporales. De ese millón de empleados públicos, unos
800.000 – 900.000 según algunos cálculos – están en situación de “fraude de ley”.
Esta situación se produce cuando el personal interino lleva más de tres años en
esta situación o, en el caso de personal laboral, ha encadenado contratos por
más de ese tiempo, que es el que establece la ley como máximo para que la
plaza, y no la persona, sea ocupada por un funcionario de carrera o por un
laboral fijo. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea le ha dicho a España
que el chiringuito de explotación de trabajadores por las Administraciones
Públicas se ha de acabar ipso facto o le caerá la del pulpo. La
posibilidad de que la UE le imponga una sanción del Copón a España por explotar a los empleados públicos ha llevado al señor Miquel Iceta a convocar a los
sindicatos más representativos, UGT, CCOO y CSIF, a negociar a ver cómo nos
daban la puntilla y he aquí que han llegado a un acuerdo que, ¡Chorprecha!, es
el mayor ERE de España, eso sí, envuelto en papel de regalo con dibujitos de
Disney para que doña Yolanda Díaz, la mejor ministra de Trabajo de la Historia del Universo y parte del extranjero, dirija Unidas Podemos con una sonrisa permanente, como el Jocker. Como contraprestación a su esfuerzo negociador, los sindicatos
implicados van a ver cómo se llenan sus academias de oposiciones de interinos
que pagarán religiosamente la cuota de la academia y la de afiliación con lo
que lo tienen todo a huevo. Lo que no van a tener, o al menos eso espero yo,
son los votos de los engañados cuando el año que viene digan que hay elecciones
sindicales en las AAPP porque, como ya he dicho, aquí cada uno vota en función
de sus intereses. Lo mismo debería ocurrirle a los partidos integrantes del
Gobierno de coalición más progresista de la Historia, PSOE y Unidas Podemos, por ese
orden, cuando en 2023 nos digan que hay que votar en las Elecciones Generales,
Autonómicas, Locales y del chiringuito. Y, a quienes opinan que hay que votar a
PSOE y Unidas Podemos por cojones, hagan lo que hagan, porque si no vienen “los otros”
y será peor, recordarles que hay más partidos en el ámbito de la izquierda que
setas en el bosque. Así es que.
En un símil taurino, PSOE, Unidas Podemos, CSIF, UGT y CCOO nos han toreado, banderilleado, picado, estoqueado, nos han dado la puntilla, nos han cortado las orejas y el rabo, y ahora están dando una vuelta al ruedo, luciendo nuestros apéndices como trofeos mientras “el respetable” ruge de emoción. Recuerdo que cuando yo era niño, allá por el Pleistoceno Medio, mis padres me decían siempre que empezaba a jugar con entusiasmo que: “lo que empiezas con muchas risas termina con muchos llantos”. Iceta y su cuadrilla están eufóricos con su “Icetazo”, que condena a muchos trabajadores públicos al paro en el mejor de los casos con 12 mensualidades de 20 días trabajados, pero en los dos años siguientes van a pedirnos el voto. Espero que, aunque sea sólo por el escaso ápice de decencia que pueda quedarnos, PSOE, Podemos, CSIF, UGT y CCOO no reciban ni un solo voto de los 900.000 interinos en fraude de ley ni de sus familias. A ver entonces quiénes ríen o lloran.

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