SUSTO O MUERTE

En general, los políticos suelen plantearlo todo en términos dicotómicos: o nosotros o el caos, sabiendo que también ellos son el caos. Los políticos de derechas aseguran que si no los votas vendrán los comunistas a quitarte las vacas - eso suponiendo que tengas vacas - para dárselas a los de la ETA o a los Talibanes, según el día; los de izquierdas dicen que si no los votas vendrán los fascistas y nos pondrán un brazalete con una estrella o un triángulo rojo invertido para señalarnos a los rojos a fin de ir fusilándonos por orden de aparición. Todo esto es para que no dejes de votarles porque viven de eso, de nuestro voto, y como en muchas ocasiones tienen claro que no se lo han ganado, porque los votos, amigos, no son propiedad sino préstamo y hay que negociarlos, recurren al miedo para ver si así cuela. Las religiones saben que el método es bueno, que funciona, de hecho ahí están, trincando todo lo que pueden gracias a la infalible estrategia de asegurar que si no rindes pleitesía a su dios estás jodido para los restos. La diferencia entre los políticos y las religiones, si es que la hay, se concreta en que las segundas te prometen una vida mejor en la eternidad, eso sí primero tienes que palmarla y así esto les garantiza la ausencia de quejas y reclamaciones. En todo caso es el mismo sistema, te acojonan para que les entregues todo sin reflexionar, bovinamente, por el "¿y si sí?", y de esta manera ellos siguen medrando. La realidad es que tanto los políticos como las religiones son empresas privadas cuyo principal objetivo, como es lógico, es la maximización de beneficios y para esto es imprescindible fidelizar la clientela. Ya sabemos todos, y desde luego ellos también, que lo que más une a una colectividad determinada de seres humanos es la existencia, real o ficticia, de un enemigo común y ahí que van y lo crean, te lo hacen ver, para que sientas miedo y busques la protección del rebaño, del rebaño que pastorean ellos claro. 

En este momento en España gobierna la izquierda - vale ya, dejad de reíros, coño - y si por ventura se te ocurriera la herejía de decir que no los vas a votar porque te han traicionado no tarda en caerte la etiqueta de rojipardo, fusarista, soreliano o lo que se les vaya ocurriendo a los periodistas que tienen apesebrados a base de soma adulterado. Dicen que si no les votas otra vez, aunque te hayan dado por el culo sin siquiera tener la delicadeza o la cortesía de ofrecerte un tubito de vaselina para pasar el trance, vendrá la derecha y entonces la oscuridad se cernirá sobre nuestro mundo desde la torre de Mordor donde el ojal de Sauron lo vigila todo. Será peor, dicen. Y claro, "somos sentimientos y tenemos seres humanos", que dice el filósofo pontevedrés, por lo que imaginad lo que se le puede pasar a uno por la cabeza al pensar que el que venga la derecha puede ser peor que te estén dando por el culo sin vaselina durante cuatro años; te acongojas, vaya. Descansen, es mentira, no es peor, en todo caso es la misma mierda. Tengan en cuenta, o al menos eso creo yo, que sólo pueden traicionarte aquellos en quienes has confiado. En mi caso, sólo me pueden traicionar los rojos - ¡Que no os riais, joder! -, de los otros, los azules, naranjas o verdes oscuros no espero nada, ni los he votado ni los votaré nunca, ya sé lo que hacen y de qué palo van, pero de "los míos" no me espero que me enculen, es lo que hay. Y si me sodomizan los míos me duele más porque no me lo espero, porque creo que eso no va a ocurrir cuando gobiernan sino todo lo contrario. Y la traición no puede quedar impune. No vale el miedo ni apelar a la solidaridad de rebaño, no soy una oveja. La única manera que tenemos los electores de hacer pagar la traición a los políticos que nos joden es no votarlos, puede que haya otras maneras pero no son aceptables en un Estado Social y Democrático de Derecho aunque sí lo fueron en 1789, pero eso es otra Historia. Es lo que tiene la democracia, que los ciudadanos votamos y como ya he dicho el voto hay que ganárselo con hechos y no con promesas incumplidas. En este punto, el método de la derecha es mucho mejor, sus votantes son fieles gregarios y les votan sí o sí, hagan lo que hagan, pero en la izquierda esto no funciona así o por lo menos no debería porque se supone que el electorado de izquierdas es crítico (risas). El Gobierno actual está formado por dos partidos, PSOE y Unidas Podemos, que son responsables a pachas de lo que hacen, se pongan como se pongan y pretendan marcar territorio meando en las esquinas, por lo que ambos son cómplices de la enculada generalizada. Al pan pan y al vino gaseosa. Evidentemente, la fiesta o la tragedia va por barrios y seguramente haya quien se sienta muy contento, contenta y contente con lo que ha hecho y está haciendo este Gobierno, a esas personas nada que objetarles, que sigan votando porque les ha funcionado la cosa, pero oigan, a mí no me hagan comulgar con ruedas de molino, bueno no me hagan comulgar que soy ateo. La traición la vais a pagar, amiguetes. No me vale que apeléis a miedo, que si vienen los otros y que si patatín y patatán, la papeleta que pondré en las urnas no tendrá vuestro logo, vuestra cara o lo que pongáis en ellas, ni el mío de el de cuantas personas pueda convencer, esto debéis tenerlo claro. Y sí, es una venganza. No me oculto, soy vengativo y rencoroso. No hagáis números, que ya los hago yo.

Somos 900.000 interinos en fraude de ley - el fraude de ley, lo dice el TJUE, que es el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, de lo bueno lo mejor y de lo mejor lo superior en lo que se refiere a tribunales de justicia, se sustancia a los 3 años de ocupar interinamente una plaza estructural sin que se haya convocado a oposición - y en general, pongan que tenemos familia y pongan que se puede considerar que las familias nucleares pueden ser de media de cuatro miembros, multipliquen, si saben, que salen más de tres millones y medio de votos. Esos votos tengo el objetivo, que no sé si conseguiré porque en general tenemos memoria de pez, de que ninguno de ellos acabe en vuestra saca, amiguetes, porque nos habéis traicionado y la traición no puede quedar impune. Tengo año y medio por delante, tiempo más que suficiente para ir dando la brasa salvo que saquéis adelante el plan que tenéis entre manos de adelantar las elecciones, cosa que pasará a poco que os creáis el CIS, que sabéis que por ahora no. Compañeras interinas y compañeros interinos, ni uno de nuestros votos ni los de nuestras familias puede ir a la saca de quienes nos han engañado, condenado y traicionado en sede parlamentaria, ni uno. Que cada quién vote lo que considere oportuno, que opciones hay más que granos de arena en la playa, pero a estos traidores no los votéis, por favor. Gracias. Suerte a todos, todas y todes, en los concurso-oposición a los que nos han abocado, o enculado, según. Un abrazo.

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