LAS ELECCIONES PORTUGUESAS

El Partido Socialista de Portugal ha obtenido mayoría absoluta en los comicios celebrados el 30 de enero de 2022 contra todo pronóstico ya que las encuestas electorales vaticinaban un empate técnico con el Partido Social Demócrata - que es el PP de Portugal pese a su nombre - y que iba a necesitar a los comunistas y al Bloco de Esquerdas - que es el Podemos de Portugal - para gobernar. Nada nuevo bajo el Sol porque pese a todo las encuestas electorales no sirven para predecir el futuro sino para describir el momento presente, en el que se hace la encuesta, y en ese marco espacio-temporal no entra el que mucha gente decide su voto cuando está frente a la urna y no antes. Tampoco había previsto la demoscopia el batacazo que se han llevado los hasta hace poco socios del PS en el Gobierno, que no sé si fue el más progresista de la Historia de Portugal pero por ahí le andaba. El Bloco de Esquerdas, el Podemos portugués, se ha quedado sin plumas y cacareando, como el gallo de Platón (y de Morón de la Frontera), pasando del 9,67% en 2019 a un raquítico 4,46% en 2022, de 19 a 5 escaños ¡Sí se puede!. Mejor suerte ha corrido la coalición de los comunistas y verdes, que ha pasado del 6,46% y 12 escaños en 2019 al 4,39% y 6 escaños en 2022 pero aun con eso el tortasso ha sido de alivio. La extrema derecha de CHEGA - que, salvando las distancias, podría equipararse al VOX de España - ha "chegado", permítanme el juego de palabras, con fuerza al Parlamento luso, pasando del 1,3% y un escaño en 2019 al 7,15% y 12 escaños en 2022, además de convertirse en tercera fuerza política. Portugal hasta el momento era una rara avis en la política europea por la escasa relevancia de la extrema derecha pero ya ha dejado de serlo y lo ha hecho de golpe. Lo ocurrido en el país vecino se va a quedar allí porque no podemos comparar su situación política con la española pero lo que sí podríamos hacer es sacar conclusiones de los movimientos electorales que se han producido en Portugal y que podrían tener algún reflejo en España cuando nos llamen a votar. 

La coalición de gobierno en Portugal entre el PS, el Bloco de Esquerdas y la coalición del PCP con Los Verdes se rompió cuando los socios del PS se negaron a aprobar los presupuestos generales, alegando que eran neoliberales. En esas circunstancias al Presidente del Gobierno, Atonio Costa, no le quedó más remedio que convocar elecciones anticipadas y de aquellos polvos estos lodos. Las elecciones han arrojado un resultado inapelable por el que la ciudadanía le ha otorgado la máxima confianza, la mayoría absoluta, al PS, evidentemente para que ejecute su programa de gobierno sin tener que pactarlo con el de sus socios de Gobierno. Con una participación récord el resultado apunta a que ha habido un evidente trasvase de votos desde el BE y PCP-PEV al PS y también, como suele ocurrir en las democracias liberales europeas, de los votantes de centro tanto progresistas como conservadores o liberales. Cabe suponer que también los exsocios del PS han sufrido en sus carnes los efectos de la abstención, probablemente motivada por el descontento que ha generado en sus electores la ruptura del gobierno de izquierdas. También en la derecha se ha debido de producir un trasvase de votantes del PSD a CHEGA, además de aumentar la movilización de los votantes de este segmento ideológico, que han visto en sus postulados políticos una alternativa de gobierno. No me negarán que el escenario guarda sorprendentes similitudes, al menos a grandes rasgos, con el que se intuye para España, es decir, un reforzamiento del bipartidismo imperfecto, que parecía andar cabizbajo tras la aparición, tanto a izquierda como a derecha, de partidos que lo cuestionaban. También se ve cómo los partidos socialdemócratas han logrado evitar la "pasokización" y no sólo han resistido el envite de las fuerzas emergentes sino que han mejorado sus resultados logrando atraer a gran parte del electorado que los había abandonado. No sé si en Portugal la izquierda alternativa está reflexionando sobre los resultados, ni si se han producido las necesarias dimisiones de los responsables del descalabro pero a estas horas, mientras escribo esto, en España no hay reacción de le izquierde performative laclausiane ni la dicharachera fan zone de Podemos en las redes sociales ha dado señales de vida, ni tampoco el "modesto digital", P. Echenique dixit, ha publicado nada sobre "les hermanes portugueses", aunque sí ha analizado el resultado del festival de Benidorm, que es cosa de mayor enjundia en la lucha por la emancipación de la clase obrera. Puede que ahora Portugal haya dejado de ser el espejo en que se mira la izquierda cuqui, igual que le pasó con Syriza, que ha transitado de ser "el partido hermano en Grecia" a "ese partido del que usted me habla" cuando se ha quedado en los huesos electorales. Es cierto que, como en el caso de Portugal, la situación política en Grecia no es la misma que en España pero las tendencias de fondo sí se parecen. 

A ver qué dicen los periodistas afines, que por el momento están calladitos, sobre el resultado de las elecciones portuguesas y qué extrapolación hacen a la situación en España. Supongo que estarán en situación de shock psicológico y serán víctimas de su enorme preocupación por cuál será su futuro si Podemos se desfonda en las elecciones. En la otra orilla, el PSOE está eufórico y su fan zone ya ni te cuento, que se ven gobernando España con mayoría absoluta y meándose en Podemos. Y, por su parte, VOX está también en fase eufórica, atendiendo a lo que ha ocurrido con CHEGA, que ya se ven con opciones de disputarle el liderazgo de la oposición al PP, el famoso "sorpasso" con el que antes soñaron Ciudadanos y Podemos. Insisto, lo que ha ocurrido en Portugal se va a quedar allí, por lo que no está justificada ni la depresión en Podemos ni la euforia en el PSOE; tampoco deberían creerse nada en las derechas, pero eso es asunto suyo. Lo que sí debería estar analizando Podemos y sus confluencias son las tendencias de fondo, sobre todo en lo que se refiere a los reflejos electorales de la coalición de gobierno con el partido socialdemócrata. Ya saben aquello de que "cuando veas las barbas del vecino pelar, pon las tuyas a remojar", pues eso.

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