ARDE EL PP
La pugna por el poder entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso ha llegado a su cénit cuando se ha confirmado que la dirección nacional del partido ha estado investigando a la Presidenta de la Comunidad de Madrid por un contrato presuntamente intermediado, comisión mediante, por el hermano de Ayuso que firmó un empresario amigo de su la familia con la administración autonómica. El contrato se estableció a dedo en plena pandemia para comprar mascarillas a precio de caviar de beluga, aprovechando la coyuntura en la que se habían relajado las exigencias al respecto. Esta contratación data de abril de 2020, hace casi dos años, tiempo que al parecer ha ocupado a la dirección del PP en la investigación de las circunstancias que rodean al caso sin que se hayan pronunciado al respecto hasta el momento. La ocasión la pintan calva y este momento era el propicio para darle matarile a la Presidenta de la Comunidad de Madrid a fin de desbrozar el camino a no se sabe dónde de Pablo Casado. No puedo asegurar nada porque desconozco la legislación sobre contratos administrativos en tiempos pandémicos pero así, a puerta gayola, yo diría que el contrato es perfectamente legal, otra cosa es que sea ético que el hermano de la Presidenta de la Comunidad de Madrid cobre una comisión por intermediar en un contrato de la administración autonómica madrileña con un empresario que además resulta ser un amigo de la familia. Evidentemente no. Pero esto no es sino el casus belli que estaba esperando Casado para darle la puntilla a Ayuso, fundamentalmente porque la madrileña estaba segándole la hierba bajo los pies al palentino y suponía una amenaza a su liderazgo, cosa que ni en el PP ni en ningún sitio se tolera. De hecho, el PP, bajo la batuta de Casado, ha abierto expediente informativo a Ayuso con la declarada intención de retirarle la militancia en el partido y ahogar cualquier veleidad de tener mando en plaza por parte de la madrileña. En este momento Díaz Ayuso no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir políticamente a este proceso, pese a que ocupa sin duda un lugar preeminente en el partido, porque quien controla el aparato es el que manda en este envite y ese es Casado. Ayuso va a dimitir o la van a dimitir pero no va a ser mañana ni pasado sino que va a ocurrir después de una guerra larga y de desgaste que al final va a dañar las expectativas electorales del PP a todos los niveles en un año que es preelectoral porque ya se huelen las urnas en lontananza. Veremos cómo se configuran los bandos y qué postura adoptan las baronías territoriales del PP porque es posible que la cabeza de Ayuso no sea la única que aparezca clavada en una pica en la puerta de la sede de Génova, 13. Pablo Casado va a conseguir destruir, de hecho ya lo ha conseguido, a su máxima rival en la pugna por el poder orgánico del PP, que ya veremos si sigue el camino que abrió Pedro Sánchez cuando fue destruido políticamente por su partido, pero tampoco es que el palentino cuente con muchas simpatías por parte de los barones autonómicos y a lo mejor estos aprovechan para matar dos pájaros de un tiro. Alberto Núñez Feijoo debe de estar calentando en la banda porque debe de tener muchas expectativas de salir al campo a jugar, probablemente muy a su pesar porque en este momento no le viene bien exponerse en una guerra interna que va a salpicar a todo el partido, él incluido. Porque, eso sí, no lo pierdan de vista, de hecho Ayuso ya ha advertido de ello en una comparecencia pública en la que no ha admitido preguntas de los periodistas, que en esta guerra van a airearse muchos trapos sucios y que no piensen ni Casado ni García Egea que van a salir limpios de polvo y paja. No sabemos qué puede sacar la madrileña, no para defenderse sino para lanzar estocadas a sus adversarios, pero recordemos que pese a que podamos hacer memes con sus declaraciones, Isabel Díaz Ayuso ocupa un peldaño muy alto en el escalafón de poder orgánico en el PP y en consecuencia habrá tenido acceso a muchas cosas; bien es cierto que es el mismo cargo que ocupó Cristina Cifuentes y ya sabemos cómo acabó la historia.
Saquen las palomitas que vamos a tener culebrón para mucho rato, a menos que aparezca algún vídeo de unas cremas robadas o algo similar para destruir a Ayuso, porque Casado debe de haber llamado al Señor Lobo a estas alturas, no lo duden. Tal vez estemos ante una guerra que puede poner patas arriba al principal partido del centro-derecha en España y el resultado deje más tocado al partido en sí que a los protagonistas del enfrentamiento. Otra cuestión es que la izquierda, la verdadera y la vendida al kapital, puedan sacar rédito del culebrón Casado-Ayuso, probablemente no, pero si lo hacen bien puede que sea el momento adecuado para hundir al PP total y definitivamente. En esta tarea pueden contar con Cayetana Álvarez de Toledo, que estará encantada de echar una mano para perjudicar a ambos contendientes por igual, a ver cómo lo hacen para seducirla. El elefante ha entrado en la cacharrería y puede que en unos meses ya no haya cacharrería y nos quede un solar baldío, pero también es bueno recordar el viejo dicho congolés que dice que "cuando los elefantes pelean la que sufre es la hierba", la hierba somos nosotros, por si no se habían dado cuenta dense por aludidos.
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