EL HUNDIMIENTO
La suma de escaños de PSOE y UP, 29, no supera a los que tiene el PP, 31. El PP para gobernar ha de pactar, sí o sí, con VOX, que con 13 escaños lo lógico es que pida entrar en el ejecutivo autonómico y ocupar la vicepresidencia. Esto supone, si no me equivoco, la primera vez que la ultraderecha va a tener responsabilidades de gobierno, ahora vamos a ver cómo de fuerte muerde el bicho ya que lo ocurrido en Andalucia sólo ha sido un aperitivo. Agárrense que vienen curvas. La emergencia de las fuerzas políticas de ámbito provincial y ligadas al concepto de "España Vaciada", que es una creación de la izquierda para más recochineo, marca un hito histórico en la política española cuyo único precedente lo encontramos en el último tercio del siglo XIX con el fenómeno de los cantonalismos; lógicamente no es lo mismo ni se le parece. Este tipo de respuesta ciudadana de hastío con el bipartidismo se había limitado hasta ahora a las comunidades autónomas con más o menos sentimiento nacionalista pero ahora ha calado en la España central y eso es un fenómeno que habrá que ver cómo evoluciona. Lo que ya sabemos cómo evoluciona, tampoco es que me haya sorprendido, es la izquierda cuqui laclausiane, performative y cumbayá. El tortasso ha evidenciado lo mucho que están alejados de la realidad, escondidos en sus mundos de algodón de azúcar en los que viven unicornios rosa voladores. El alejamiento de los intereses y preocupaciones del pueblo, del que se declaran único representante, y en general de la clase obrera, es ya tan evidente que deja sus vergüenzas al aire de manera impúdica. Cuando la izquierda juega en el campo de la derecha y con sus reglas lo normal es que acabe siendo irrelevante a todos los efectos. La izquierda digamos alternativa se ha perdido en políticas identitarias y clasismo intelectualoide que la alejado de sus raíces y de esos polvos vienen estos lodos. Si tuvieran un mínimo de decencia y medios de subsistencia fuera de la política ya habrían dimitido en bloque. Lo mismo le ha pasado a Ciudadanos, que a fuerza de traicionar sus principios para rascar puestos en los gobiernos del PP, dejando atrás su legítima aspiración a ser partido bisagra, un partido liberal, capaz de bascular a derecha e izquierda sin abandonar el centro, se ha confundido tanto con la derecha que ha obligado a elegir al electorado y ya se sabe que "es preferible un mal original a una buena copia". Al final, los partidos que venían a regenerar la política y a arrumbar el bipartidismo se han convertido en sus valores principales más por deméritos propios que por aciertos ajenos.
Las elecciones en Castilla y León son autonómicas pero se leen en clave estatal porque así lo han querido sus protagonistas. La lectura deja cuatro cosas claras: una, que el bipartidismo se ha recuperado y el PP y el PSOE no solo no van a desaparecer sino que gozan de buena salud; dos, que el fenómeno de la España Vaciada ha venido para quedarse y que conecta bien con su electorado desde una perspectiva ideológicamente si no transversal sí ecléctica; tres, que Podemos y Ciudadanos, que iban a sorpassar y arrumbar el bipartidismo al tiempo que regenerar la política se han diluido cono azucarillo en aguardiente, una lástima pero toca pasar página del 15M; y cuatro, que el auge de la extrema derecha ya es imparable y ya veremos hasta dónde llega, en todo caso, mi predicción sobre su techo electoral en el 15% ha saltado por los aires. La cosa está peluda, amiguis.
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