LAS HOSTIAS Y LOS LÍMITES DEL HUMOR

 
La ceremonia de entrega de los premios Óscar 2022 va a recordarse por la hostia que Will Smith le ha propinado a Chris Rock por hacer un chiste sobre la alopecia de Jada Pinkett Smith, la esposa de Will. Al respecto se han inundado las redes sociales con opiniones sobre el asunto tanto a favor como en contra del ahostiamiento. Entre los argumentos que se han esgrimido a favor está el de la defensa de la honra de la esposa, objeto de la grave ofensa perpetrada por el imbécil de Chris y al hilo de esto, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se ha metido el ya cansino debate sobre los límites del humor y que reírse de las desgracias ajenas merece una buena hostia. Se puede discutir, y lo vamos a hacer, sobre el patriarcado y los límites del humor pero antes conviene reflexionar sobre un asuntillo menor, veamos. La cuestión es que ya sea por una cosa o por la otra lo que se está haciendo es validar el uso de la violencia como herramienta para la resolución de conflictos y esto es muy peligroso. La violencia nunca, bajo ningún concepto, en ninguna circunstancia, es la respuesta ni la solución a nada, no al menos en una sociedad que se reivindica como civilizada, o más aún, que se define como "la civilización". La respuesta a un chiste, incluso a la absoluta falta de respeto que supone el chascarrillo del idiota de Chris Rock, no puede pasar por el ahostiamiento del gilipollas, fundamentalmente porque toda la razón que pudiera tener Smith la pierde en el momento en que agrede al payasete y transita en un segundo de la condición de agredido a la de agresor. Aplíquese la lección a quien arguye que en algunas ocasiones un comentario hiere más que una hostia, pues respondan con otro comentario hiriente y no justifiquen la violencia porque la violencia solo genera más violencia, frase atribuida al Dalai Lama en 2001.

Al lío. En primer lugar, se pongan cómo se pongan, la hostia de Will a Chris refleja la masculinidad tóxica heteropatriarcal de manera paradigmática. Me tengo que tragar con patatas todas mis opiniones sarcásticas sobre esta terminología. El macho protector de la hembra desvalida, dependiente y de su propiedad que acude al combate contra otro macho agresor que ha osado deshonrarla es arquetípico. La mujer no puede expresarse ni para defenderse, necesita que el macho hable por ella y defienda su honra mancillada. No hace tanto que en España las mujeres tenían que pedir permiso a sus esposos para abrir una cuenta bancaria y no podían vender sus propiedades. Se llama machismo, así sin paños calientes, ma-chis-mo. Contra eso hemos estado luchando las y los feministas sin ningún éxito, hemos fracasado estrepitosamente y no por la hostia que hoy nos ocupa sino por el apoyo entusiasta, al menos en Twitter, de un número nada despreciable de hombres y mujeres. Imaginemos por un momento qué hubiera pasado y cuál hubiera sido la respuesta en Twitter si Chris Rock fuera o fuese Christine Rock, ceteris paribus, si es que hubiera recibido la hostia. Piénsenlo. En segundo lugar vamos a hablar otra vez de los límites del humor, que no existen ni debe plantearse siquiera que existan, el humor no tiene ni debe tener límites, punto. Que Chris Rock es un imbécil, que el chiste no tiene ni puta gracia y que reírse del físico ajeno es de gilipollas retrasados no tiene discusión. Un servidor de ustedes ha tenido, tengo y tendré que soportar muchas bromitas y comentarios hirientes sobre mi físico y mi intelecto, sé de lo que hablo. Pero en ningún caso la respuesta es la violencia física, nunca. Y no me salgan con que la solución al bullying es ahostiar al abusón porque va a ser que no. En tercer lugar vamos a hablar del racismo y vamos a pensar qué hubiera pasado si Jada Pinkett fuera blanca o si Chris Rock fuera blanco y se llamara, por ejemplo, Ricky Gervais. Yo no voy a resolver el asunto pero os dejo ahí la pomada a ver qué os parece. Y en cuarto lugar vamos a pensar qué hubiera pasado si Jada Pinkett fuera transexual o transgénero, o si lo fuera Chris Rock ¿Le hubiera dado una hostia Will Smith? ¿Si se la hubiera dado, Will Smith podría haber encontrado trabajo después? La respuesta a ambas preguntas es no. La cuestión es que dos hombres negros, "racializados" que dicen los modernos, se han enfrentado por la honra mancillada de una mujer negra - el color de la piel de la mujer en este caso es irrelevante, como ella, que ha sido reducida a la categoría de propiedad mobiliaria - a causa de un chiste sobre su alopecia y circulen que aquí no hay nada que ver. El culmen de la civilización occidental. 

Es importante tener presente que la risión está por encima de todo y que de ninguna manera se puede contener, de hecho no solo el público asistente a la gala de los Óscar se rió con la mierda de chiste del imbécil de Chris Rock, sino que también se rió el propio Will Smith. Sigan pensando que el chiste no tiene ni puta gracia porque no la tiene. Reírse del problema de salud de alguien o de las características físicas o mentales de una persona es de miserables ratas indecentes, esto incluye al payasete del chistecito y a los anormales que se lo ríen, incluido el propio Will Smith. Tal vez se sintió así, miserable, cuando se descubrió riéndose de la vejación a su esposa y se le soltó un cable. Tal vez todos, todas y todes somos tan desgraciados como Chris Rock. En todo caso, ponerle límites al humor es como ponerle puertas al campo y se pongan cómo se pongan el humor no tiene límites ni los puede tener. Ríanse porque reír alarga la vida, igual la de Chris Rock no, y abre la mente, bueno quizá a Will Smith no. Eso sí, por favor, no rían mierda, sean exigentes con el humorista pero sobre todo con ustedes mismos, quiéranse un poco.

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