En la vida y en política la coherencia es un valor capital, al menos sobre el papel porque en las urnas ni se la ve ni se la espera - ¡Eh! Pájaros -, y en la izquierda es un pilar basal o debería serlo. Pero la nueva política, que anunció la buena nueva en 2014, ha transitado del peronismo al postureo vacuo a toda velocidad como si tuviera prisa. Los ideales de izquierdas (en concreto el feminismo), transformados en eslóganes publicitarios, no es que hayan sido pisoteados por esta panda de cantamañanas, que también, sino que se han ciscado en ellos y aún les ha sobrado mierda para empastufar su propia pocilga. Que si "nosotras", "hermana, yo sí te creo", "si tocan a una nos tocan a todas", "borracha y sola quiero llegar a casa", "solo sí es sí " y el colmo es lo que dijo doña Irene Montero sobre la querencia de "la casta" política a no solo ocultar los desmanes cometidos por los hombres relevantes y con poder sino a criminalizar a sus víctimas. Para después llegar (por ahora) el caso Errejón y el caso Monedero que, salvo que esté equivocado son socios fundadores y núcleo irradiador, y asomar todas las vergüenzas como setas en otoño. El daño que han hecho a la izquierda es inenarrable y quién sabe si irreparable.
Por lo que se ve, y ya en tiempos de la dupla magnífica de Belarra y Montero a los mandos, Podemos tuvo constancia de lo machirulo que es don Juan Carlos - Monedero, que os conozco - y actuaron como lo hacía - o hace - la Santa Iglesia Católica, es decir, primero omertá y luego hacerlo ermitaño y así por lo menos no molesta. Exactamente el mismo modus operandi de Sumar con el caso Errejón, tanto monta monta tanto. La nueva política se parece tanto a la vieja que ya son indistinguibles. Como dice el proverbio: una cosa es predicar y otra dar trigo. En lo de predicar la cúpula de Podemos no puede recibir lecciones, que son auténticos expertos, pero lo de dar trigo es una asignatura pendiente. De nuevo la letanía viene a mí con su sonsonete lastimero: "que mire usted, que a la izquierda se nos mira con lupa todo y a la derecha le sale gratis pasarse por el arco del triunfo todas las prevenciones morales y éticas". Pues no, esa no es la cuestión, al margen de que a la derecha no se le puede exigir lo que no le corresponde y mucho menos ética y moral, el tema es lo alto que se ponga el listón. Podemos vino al mundo con el listón en todo lo alto pero lo están pasando por abajo en vez de saltarlo y eso es trampa. Es decir, Podemos se presentó como garante del feminismo, pero se ha comportado como Rubiales. Evidentemente, el populacho le ha empezado a lanzar piedras porque por ahí no pasamos, que para tomarnos el pelo ya estaban antes los profesionales, no necesitábamos aprendices y aspirantes a cosa devaluada para esa función. Si nos han de robar que lo hagan profesionales, que para eso les pagamos. Y tampoco va a funcionar la manida técnica de poner el ventilador para esparcir la mierda porque el hecho de que los demás lo hagan peor no les exime de responsabilidades, máxime cuando aseguraron que venían, prístinos de toda mácula, a limpiar la mierda y no a expandirla. Y, hablando de responsabilidades, la dirección de Podemos tiene la boca cerrada en este caso a diferencia de lo que la abrieron para referirse al caso Errejón y sus motores irradiadores. Esto demuestra lo fácil que es ver la paja en ojo ajeno y lo invisible que es la viga en el propio. Que a Monedero lo apartaron de sus cargos orgánicos y le dieron cobijo en la tele de ÉL para que no les salpicara la mierda es un secreto a voces pero, oiga, un secreto al fin y al cabo. Lo sabían y lo ocultaron, despreciaron a las víctimas que, acojonadas, prefirieron lamerse sus heridas en la intimidad y evitarse el oprobio público de la exhibición de sus miserias, y Podemos calladito. Luego, que si "Nosotras" que si "Feminismo", postureo inane de una política de show sin más enjundia.
El feminismo es como el movimiento, se demuestra andando y no vociferando consignas como loros amaestrados, sin entender nada ni quererlo entender. Y mira que se les ha dicho veces, que iban por mal camino, que tanto histrionismo solo conducía a la anomia. Dice el proverbio que: "cuando un tonto coge una linde, la linde se acaba pero el tonto sigue", en este contexto sé que es difícil distinguir el tonto de la linde pero háganme un esfuerzo, no me sean como la cúpula de Podemos. Bueno, pues nada, cerramos el capítulo Podemos y el capítulo Sumar, que se han quedado en humo porque es lo que eran y lo que vendían. Esperemos que en próximas ocasiones se aprenda de los errores cometidos aunque, como me recuerda un amigo, para aprender de los errores primero hay que admitir haberlos cometido. En fin, que así está la cosa, amiguis.
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