PODEMOS, SL
La irrupción de lo que en ese momento se dio en llamar "la nueva política", que vino de la mano del nacimiento de dos partidos políticos: Podemos, por la izquierda, y Ciudadanos, por la derecha, abrió una ventana de oportunidad para la regeneración política. Esa ventana se cerró rápidamente, más rápido con Ciudadanos y más lento con Podemos, pero la realidad es que está cerrada de nuevo. De Ciudadanos solo quedan los restos del naufragio y no merece la pena hacer leña del árbol caído, pero el caso de Podemos sigue activo. Algún día, alguien tendrá la bondad de explicarnos, sobre todo a quienes "Emosido Engañado", cómo, y sobre todo por qué, se ha producido el tránsito de un Podemos movimiento político popular a un Podemos que es una SL. Mientras tanto, hemos de ceñirnos a los hechos para explicar por qué Podemos es una sociedad limitada a dos personas, Pablo e Irene, y por qué su actividad se centra en la maximización de beneficios societarios, que no en beneficios para la sociedad. El caso es que ya nos dieron una pista sobre sus intenciones cuando consultaron a la militancia de Podemos sobre si los propietarios de la SL, Pablo e Irene, se compraban un exclusivo chalet en Galapagar, ubicado en zona noble, o qué, pero no nos olimos la tostá.
Cuando Pablo Iglesias dejó la política se hizo empresario autónomo, montó un digamos medio de comunicación, Canal Red, que se financia con micromecenazgo y recientemente un garito de nombre "Taberna Garibaldi" y ahí se destapó la Caja de Pandora. Eso sí, como la taberna la regenta Él - y un socio, cuya identidad un servidor de ustedes desconoce - y se llama "Garibaldi" (un revolucionario nacionalista italiano, para más inri), pues queda todo muy chachiprogre, muy de izquierdas, casi comunista. A mí, qué quieren que les diga, esto de que un empresario, aunque sea autónomo, se erija en punta de lanza de la clase obrera como que me chirría, pero por lo que se lee por ahí igual tampoco es una cosa tan rara. A ver si al final, Amancio Ortega va a ser poco menos que el Lenin cañí y la taberna de don Pablo es como la toma del Palacio de Invierno por los bolcheviques. En fin, pues nada, que ahora el señor Pablo Iglesias, faro de Occidente y martillo de herejes, a quien don Pedro Vallín (periodista y escritor) denomina con su habitual gracejo "El Cautivo" - y a Irene "La Dolorosa" -, ha decidido hacer una ampliación de su negocio. A lo que se ve, pretende adquirir un local cercano, anexo, contiguo, váyase usted a saber, y "pide perras" por internet. A ver, entiéndanme, pide dineros. Iglesias ha montado un "crowdfounding" de esos, que además de empresario rojo es súper moderno, al que han acudido como moscas a la miel sus acólitos, la fanzone podemita. No para Pablo Iglesias y su clac de dar la tabarra con "la Garibaldi", como si fuera un símbolo de la lucha obrera. Y, claro, cuando alguien se atreve, osa, decir algo sobre lo improcedente que resulta mezclar los negocios personales de don Pablo con las ideas políticas del partido que ayudó a fundar, pues se convierte automáticamente en un peligroso fascista. Es lo que le ha pasado a don Antonio Maestre que, tras ponerle las peras al cuarto al empresario rojeras, se ha convertido en un facineroso recalcitrante para las aguerridas huestes digitales de Podemos. Y ahí están, dándole martirio en las redes. Si ustedes tienen de eso pueden comprobarlo por sí mismos, que es una cosa muy fácil. Al final, Podemos ya no es un partido político sino otra empresa del matrimonio Iglesias-Montero y su objetivo no es "mejorar la vida de la gente" sino "mejorar la vida de los socios de la SL".
El capitalismo es un sistema depredador, lo devora todo en su entorno y cuando ya no queda nada cambia de entorno y vuelta a empezar. Se ha llevado por delante ecosistemas, especies animales y vegetales, y ahora va a por el sistema político. La izquierda en España ha sucumbido al capitalismo de tal forma que ahora lo anticapitalista es ser empresario y tener varios negocios, vender camisetas con El Che o los colores de la bandera republicana, y vender a una madre por otra copa en "la Garibaldi". Nos vamos a la mierda a velocidad de crucero, sin remisión ni remedio. Rendirse ya no es una opción, solo nos queda irnos elegantemente, sin hacer ruido, como los japoneses cuando se van a morir al bosque en un último gesto de dignidad.
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